El día 5 de julio en el Hospital Holy Cross en Silver Spring, donde había estado hospitalizado desde principios de junio con neumonía, pasó de este mundo al Padre, nuestro padre Chris, fraile franciscano profeso durante 30 años y sacerdote por 25, que sirvió desde 2016 como párroco de St. Camillus. Nuestro padre Chris celebró su dies natalis, día en que el cristiano nace a la vida verdadera y se encuentra ya en la presencia de Dios. Hablamos de él con cariño como “nuestro Padre Chris” por toda la labor que en su vida realizó apoyando y evangelizando a la comunidad hispana, haciendo siempre presente a un Dios cercano, preocupado por nuestros problemas, alegre y compasivo.
“Con la muerte de Chris, hemos perdido a un hermano alegre, un líder apasionado, un sirviente humilde, un compañero compasivo, un cálido amigo, un hombre incansable para los demás y un fiel seguidor de Jesucristo”, dijo en una entrevista el vicario provincial Larry Hayes., OFM, que vive en St. Camillus. E hizo alusión a la nota de un sacerdote diocesano de Delaware, que considera él constituye “el mejor tributo a Chris”. Decía la nota: “ Chris fue una maravilla en su celo y su comprensión de las almas de las personas. Fue incansable en: distancias recorridas, número de personas a las que influyó y dominio de la administración. Podía decir la verdad, pero siempre de manera positiva. Tenía buena cabeza y un corazón tremendo. Tenía 18 años aquí en la diócesis de Wilmington. En mi opinión, hizo más por la Iglesia en Wilmington que cualquier sacerdote que haya conocido. Le hizo un gran favor a nuestra diócesis con su iniciativa pastoral. La misa dominical en español ahora se ofrece en 20 parroquias o capillas. Hay muchos afligidos por él. Es un poco difícil imaginar que se fue. Era más grande que la vida, e incansable en el ministerio y en la compasión.” Y agrega el vicario provincial Larry Hayes “Tome este recuerdo, multiplíquelo por diez para incluir los diversos grupos a los que sirvió, desde las FVM hasta las personas en Guatemala, Bolivia y más allá, agregue una gran cantidad de fraternal pegamento, más una pizca de locura, y envuélvalo en una manta suave que combine con la ternura del corazón de
“Con la muerte de Chris, hemos perdido a un hermano alegre, un líder apasionado, un sirviente humilde, un compañero compasivo, un cálido amigo, un hombre incansable para los demás y un fiel seguidor de Jesucristo”
Chris … y comienzas a hacerte una foto de nuestro hermano. Que ahora sea uno con su madre Eileen y todos los santos en presencia del Amor mismo “.
Sus primeros años y su vocación
El Padre Chris Posch nació el 7 de marzo de 1962 en Astoria, Queens, Nueva York, de Anthony y Eileen; creció en una familia católica, siendo el mayor de cuatro hijos. Su padre Anthony y sus hermanos Michael, Elizabeht y Kathy, le sobreviven.
En sus primeros años, su única familiaridad con San Francisco, tal como él dijo en una entrevista, había sido con un tarro de galletas con forma de santo o una estatua en el baño para pájaros. Nunca había conocido a un fraile y se sintió atraído por la vida religiosa después de asistir a un retiro cuando tenía poco más de 20 años.
Después de graduarse de Plainview-Old Behtpage High School, asistió al Manhattan College en la ciudad de Nueva York y obtuvo una licenciatura en ciencias de la computación y estudios religiosos; enseñaba en una escuela secundaria católica en Long Island cuando su vida cambió para siempre. A los 24 años, participó en un retiro católico para jóvenes adultos y vio la película “Hermano Sol, Hermana Luna” sobre la vida de San Francisco. Fue entonces cuando decidió seguir esos pasos. Él refería que sin saber cómo unirse a la Orden de los Frailes Menores, buscó “Franciscanos” en las Páginas Amarillas y encontró un número de teléfono para la Provincia del Santo Nombre. El director de vocaciones en ese momento, Kevin Cronin, OFM, contestó el teléfono e invitó a Chris a aprender más sobre los frailes.
Su llamado a la vida religiosa no sorprendió para nada a su familia, porque siempre vieron en él que tenía un corazón para el servicio. A los 22 años, comenzó a trabajar como voluntario en un comedor de beneficencia en Long Island y se unió a una comunidad que albergaba a más de 20 invitados por noche en Hospitality Inn. Cuando muchos salvadoreños comenzaron a buscar refugio durante los turbulentos años 80, la comunidad abrió Mons. Romero Inn.
Se convirtió en postulante en 1988 y fue recibido en la Orden de los Frailes Menores un año después, profesando sus primeros votos en 1990. Deseando aprender más sobre las culturas y el idioma hispanos, fue a Bolivia por un año en 1992 con su compañero de clase William McIntyre, OFM. Mientras estuvo en el extranjero, vivió con Ignatius Harding, OFM, quien fue una gran influencia en su vida.
Luego de regresar de Bolivia, junto con otros frailes de Holy Name College servían café a jornaleros inmigrantes que esperaban trabajo en Silver Spring, y con Jud Weiksnar, OFM, comenzaron una serie de visitas pastorales y estudios semanales de Biblia en el hogar, y cofundaron Langley Park Catholic Community para residentes de un gran complejo de apartamentos que alberga a miles de inmigrantes de El Salvador y Guatemala. Como estudiante fraile, Chris también pasó dos veranos en la iglesia de San Antonio de Padua en Camden, Nueva Jersey, que también tiene una gran población hispana.
El padre Chris profesó sus votos solemnes en 1994, y después de obtener su maestría en teología de la Unión Teológica de Washington, fue ordenado sacerdote en 1995 en la Iglesia de St. Anne en Fair Lawn, Nueva Jersey. Él prefería ser conocido como “hermano” en lugar de “ padre “, de acuerdo con la idea de San Francisco de que los frailes están llamados a ser ”hermanos menores “.
Su Ministerio al servicio de los hispanos
Después de su ordenación, su primera asignación fue a la parroquia de San Antonio de Padua en Camden, Nueva Jersey, donde fue vicario parroquial desde mayo de 1995 hasta mayo de 1998. Disfrutó de esta asignación celebrando misa, trabajando con la escuela parroquial y cumpliendo otras responsabilidades asociadas con el ministerio parroquial. Fue durante su tiempo en Camden, que los frailes, los franciscanos seglares y los líderes laicos, establecieron la Casa de San Francisco, un ministerio para las personas infectadas con el VIH y un programa de inglés como segundo idioma para llegar a los inmigrantes que llegaban de México para trabajar en los restaurantes locales. La parroquia celebró misas semanales especiales los lunes por la noche para acomodar los horarios de esta población.
Su llamado a la vida religiosa no sorprendió para nada a su familia, porque siempre vieron en él que tenía un corazón para el servicio.
En 1998, se le pidió que se mudara a Wilmington, donde ayudó a preparar la fraternidad para cuando el noviciado se mudara allí desde Providence, Rhode Island, en 1999. Y comenzó a servir en el Equipo del Ministerio Hispano Diocesano de Wilmington, cubriendo el estado de Delaware y la costa este de Maryland, cerca de la bahía de Chesapeake. Consideraba que esa área era popular entre los trabajadores migrantes y los inmigrantes de América Central, y la necesidad de ministerios de la iglesia hispana allí era grande, llena de trabajadores ocupaban puestos de trabajo en la industria del cangrejo, en granjas locales de hongos, en conservas de vegetales y en varias granjas de pollos y fábricas de procesamiento. Desde allí el padre Chris supervisaba 20 iglesias con ministerios hispanos, que él comenzó o para el cual entrenó a líderes laicos para nutrir y construir. Allí su trabajo era apoyar a las parroquias locales. Cuando comenzó, solo había ocho parroquias con ministerios hispanos, ahora hay 20.
En su vida y su ministerio siempre estuvo en constante movimiento: sirviendo como capellán del ministerio hispano en seis parroquias, dos prisiones y dos campamentos de migrantes, visitando las 20 parroquias, haciendo evaluaciones de necesidades y encontrando y entrenando líderes en una escuela móvil de formación, además de presidir el Comité de Ministerio Hispano de la Provincia, conocido por organizar retiros vocacionales y dos encuentros masivos a los que asistieron más de 1,800 laicos y frailes. Le gustaba decir de sí mismo que era un “vago” haciendo alusión a “vagabundo” o un predicador itinerante.
El padre Chris sirvió desde 2002 como supervisor del sitio para el Ministerio de Voluntarios Franciscanos de la Provincia, a través del cual los adultos jóvenes sirven a los marginados con las comunidades franciscanas.
En mayo de 2016, el padre Chris fue nombrado párroco de la parroquia St. Camillus aquí, una comunidad de muchos orígenes étnicos donde se ofrece misa en tres idiomas.
Durante su vida franciscana, padre Chris participó en muchos eventos de defensa para ayudar a los pobres y marginados. A menudo se lo podía ver en manifestaciones en el área de Washington, D.C., abogando por los derechos de los inmigrantes.
Constantemente le pedían que intercediera por problemas de inmigración, casos de personas enfermas sin seguro y problemas asociados con los trabajadores que están lejos de casa. En una entrevista que le hicieron con motivo de cumplir 25 años de hermano, Él decía: “Recibo muchas llamadas telefónicas. No puedo responder a todos ellos, pero trato de conectar a las personas con los servicios que necesitan. Ayudo a conectar los puntos… El espíritu me mueve. La comunidad hispana es tan fiel e inspiradora, y recibo mucho a cambio”.
El padre Chris amaba la playa, le gustaba pasar tiempo leyendo, rezando y tomando el sol en la bahía de Chesapeake. También le gustaba tocar la guitarra, cantar, escribir cartas a amigos y personas en prisión y visitar a su familia en Long Island.
“Siempre estaré agradecido con mi familia por darme raíces, por los frailes por darme a Francisco y la hermandad, por los llamados leprosos que presencian (o atestiguan) el sacrificio propio y la total dependencia de Dios, y por nuestro Dios Altísimo y Glorioso que me ha colmado de abundantes bendiciones”.
Terminamos este homenaje reproduciendo las palabras del padre Chris en la entrevista que le hicieron con motivo de sus 25 años de fraile:
Algunos testimonios y agradecimientos escritos en la Página de Facebook de la Revista Del Hispano
Shirley Collazo Father Chris was so sweet, kind person I when to the beach with him and a group of us a couple times, we had Mass on the beach, it was beautiful..God Bless him and his Family..RIP so sad.
Sandra Akyol Que en paz descance Fr. Cris. Difícil de olvidarte padre y yo seguiré trabajando para los franciscanos. Fr. Robert and Nick know. Que lindo encuentro padre. Amen.
Maricruz Philippou Mucha de mi niñez fue vivida en la escuela San Pablo. El Padre Chris fue una gran parte de mi formación en la fe Católica. Realmente vivía sus votos Franciscanos, en especial el de la pobreza, lo daba todo (TODO) por la comunidad hispana. No solo daba todo lo material que poseía, también daba todo su tiempo, todo su cariño y compasión. Se le va a extrañar, Padre Chris. D.E.P
Guadalupe Ruiz Dios lo tiene en el Cielo , gracias Jesús porque el padre Chris dió testimonio de q Tú vivías y obrabas en él DEP amén amén amén
Mary Cruz Qué Dios lo tenga en su gloria y yo conservaré los hermosos recuerdos del padre Chris. Que en paz descanse.
Rossy Miranda Lo vamos extrañar aqui pero yo se que el siempre va estar en nuestros corazones y nuestra mente que descanse en paz.
Lupita Estrada Rip. Thanks for advices you gave me for listening. Wow I still can’t believe that you not here anymore. But now we have the shining star, an angel that protests us.
Mario Enciso Un verdadero hombre de Dios!! Que nos enseñó con su cariño y ejemplo a ser hombres y mujeres de Dios!! Por siempre en mis oraciones y en mi corazón!
Mario Enciso Apartir de ahora ya no le dire más Fr Chris, sino el SANTO de los migrantes… “Pueblo de Dios en marcha”